A nosotras nos encanta trabajar con este tipo de flores: son delicadas pero duraderas, y nos regalan paletas de colores imposibles de conseguir con flor fresca.
De media, la flor seca dura unos 2 años en perfectas condiciones, y la flor preservada puede llegar hasta los 5 años. Incluso pueden durara más si sigues estos 3 sencillos consejos:
- Evita la luz solar directa
- Límpialas del polvo una vez al mes
- Manténlas alejadas de espacios muy húmedos o fuentes de calor
La flor seca/preservada se desgasta con el tiempo: pierde color y consistencia si no la cuidas. Pero si la mimas, puede llegar más de 10/15 años. Aunque, como todo, el tiempo también para por ellas.